viernes, 24 de septiembre de 2010

Otra vista de Madrid...

Madrid de lejos...excelente timelapse.

Creo que sera muy complicado acostumbrarme a noches que no sean las de Madrid.


lunes, 6 de septiembre de 2010

Bicentenario y algo mas...


Bicentenario… de pronto esta palabra se ha convertido en una palabra muy común dentro de nuestro limitado vocabulario, de inicio esta simple palabra parecía alegre, festiva, orgullosa, histórica, emocionante, motivante… pero ahora, a decir de varios, luce falsa, penosa ,y hasta circense. La última vez que tuve oportunidad de estar en México me lamentaba que probablemente no estaría presente para todos los eventos que se estaban organizando para conmemorar esa fecha tan especial, aunque debo admitir que nunca hice mega festejos, ni macro fiestas por la independencia de México (lo más memorable fue alguna fiesta familiar multitudinaria con algún sobrino disfrazado de Hidalgo dando el grito desde un balcón), en fin, pues al final lamentablemente no estaré en México, y cuando digo lamentablemente, veo la cara de sorpresa que esto genera en algunas personas y me doy cuenta de que los ánimos nacionales no andan muy encendidos que digamos. O, por lo menos, es lo que parece cuando echas un vistazo a los comentarios en facebook con respecto al tema o incluso cuando lees las columnas de algunos periódicos o miras los inquietantes y preocupantes informativos de la tv o te sumerges en los espacios de Internet.

No niego que casi todas las actividades planeadas para dicho festejo son absurdas, tendenciosas y casi sin sentido, vamos, en pocas palabras es un festejo y una fecha extremadamente sobrevalorada y que lo que actualmente impera en muchas personas es un desanimo, miedo y malestar por todo lo que escuchamos, a diario y por lo que sucede en nuestro entorno inmediato, historias de robos, secuestros, desapariciones, asesinatos y del mal manejo de los mismos por parte de nuestras autoridades. Si a todo esto le añades las imágenes de los cuerpos decapitados que cuelgan de los puentes y las noticias de las decenas de ejecuciones que ocurren cada 24 horas entonces no puedes menos que preguntarte, sin alarmismo alguno, si el país no se está cayendo a pedazos.

Y a veces no parece que pueda vislumbrarse una luz de esperanza al final del túnel; se que los grandes males requieren de grandes soluciones, pero nuestra clase política no sólo carece de cualquier residuo de grandeza y espíritu, sino que desperdicia todos sus esfuerzos en absurdas peleas partidistas; les hemos dicho a nuestros senadores, diputados, etc., bien alto y bien fuerte, que renuncien si no pueden resolver el problema. Pero, pues, ahí están y ahí siguen, incapaces siquiera de conformar una Policía Nacional, de clasificar debidamente los delitos del fuero federal y de legislar para que se reduzca la escandalosa impunidad que padecemos en nuestro país y que nos hace ver ante todo el mundo como una especie de subcultura ingobernable, que mientras todos los demás países emergen entre luces y aplausos, nosotros, los mexicanos, nuestro México no es digno ni merecedor de absolutamente nada, de que en todo estamos perdiendo.

Pero, hay algo que he venido viendo desde hace meses y me refiero a que cuando dirigimos la mirada hacia los países con los que nos podemos comparar, no encuentro una explicación solida. Brasil, por ejemplo, que tan de moda está: a pesar de todo lo que está ocurriendo en mi querido México, su tasa de homicidios es mucho más alta; y lo mismo se puede decir de Venezuela y Colombia. En cuanto al desempeño económico, seguimos estando por encima de esas naciones: hasta 2008 teníamos el PIB per cápita más alto de Latinoamérica (ahora es Chile el que ocupa el primer lugar, seguido por Argentina y México en tercera posición). Y, si bien es cierto que la política mexicana deja mucho que desear, debemos reconocer que es imposible que tenga lugar, en nuestro país, una estrategia de acoso como la que están ejecutando los Kirchner en Argentina en contra de diversos medios informativos, en especial a el clarín. Tampoco es imaginable que nuestro presidente meta la mano en el Banco Central y que manipule los datos de la inflación como sí lo hace Cristina Fernández en Argentina. No tenemos, en México, nada comparable a la persecución contra la prensa opositora que llevan a cabo Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.

Y, aunque he leído de algunos periodistas de México con tendencias marcadas a la izquierda que dicen que un Gobierno “fascista” nos somete y avasalla, la realidad es que la solidez de las instituciones de México nos preserva de cualquier intentona autoritaria como la del presidente-comandante de Venezuela (no he sabido, por cierto, de ningún régimen de corte fascista que tolere la existencia de órganos de prensa tan críticos y agresivos como los de México). Por, último, disfrutamos de una estabilidad económica envidiable que, en un país que se las agenciaba para empantanarse en devaluaciones catastróficas y endeudamientos impagables significa una nueva cultura financiera nacional. Para esto tengo un buen ejemplo, en una reunion entre amigos aqui en Madrid, salio a relucir el tema: la crisis; y debatiamos sobre que pais y su gente se comporta mejor ante ella y definitivamente nos dimos cuenta de que en Mexico actuabamos de mejor manera y esto solamente se debe a que estamos mas acostumbrados a situaciones asi, que desde siempre hemos vivido con la cultura de hacer mas con menos.

Todo esto… hasta se escucha bonito no?... pero..

¿Qué pasa, entonces? ¿Por qué predomina una visión tan negativa? Podríamos responder que el asunto de la inseguridad, en tanto que representa una amenaza directa a la persona, y que termina por emponzoñar todos los espacios. Sin embargo, hay algo más y tiene que ver, precisamente, con el desprestigio de nuestra clase política y la poca confianza que le tenemos: no esperamos, de ellos, ninguna solución. Dicho en otras palabras, vivimos en una situación de permanente desencanto. Y, al mismo tiempo, nos hemos convertido, en una sociedad exigente, enfurecida y con mucha propensión a la crítica. Esto no es necesariamente una mala noticia. Porque, tarde o temprano (se supone), el poder político y la clase gubernamental tendrán que ofrecer resultados. Arremeter contra el presidente y su gobierno es muy cómodo en una situación de enfrentamientos y divisiones. Pero ¿acaso el que llegue, va a poder resolver los problemas de un plumazo y ganarse, en automático, las simpatías de toda la gente? No lo creo (alguien se acuerda de Vicente Fox?). Algún día, los partidos políticos estarán realmente obligados a celebrar pactos, alianzas y acuerdos por el bien del pais y no personal o partidista. No se puede vivir eternamente en un país de gente enojada.

Creo que a pesar de haberse apuntado una gran “palomita” (de bien hecho) por la ultima peliculesca detención de la barbie, Felipe Calderón, nuestro actual presidente aprovechó gran parte de su informe de Gobierno para hablar sobre la inseguridad: no hace falta decir que el tema es tenebroso de necesidad. Pero para los que estamos fuera de México hablamos de la inseguridad por y de “rebote” por decirlo de algún modo, ya que siendo sinceros únicamente estamos influenciados de manera indirecta por esa violencia e inseguridad, y a veces parece que manifestamos nuestro descontento mas por la imagen que dan sobre nosotros como mexicanos y sobre nuestro país, que por lo que hayamos vivido en carne propia para bien o para mal. Obviamente existe una preocupación por nuestras familias y amigos en México, pero vivimos en una especie de burbuja, alejados de todo aquello, sintiéndonos orgullosos de ser mexicanos, pero sin ningún tipo de acción que mejore en cualquier sentido la actual situación de México, sino simplemente quejándonos, quejandonos de casi todo, hasta de las "celebraciones", quejandonos por que exista (a veces de manera muuuuy absurda) toda la parafernalia y despilfarro como dicen algunos, del festejo del Bicentenario.

No puedo negar que es preocupante que muchas de las cosas que suceden en México, las empecemos a ver como si fuera algo cotidiano, pero también (y probablemente es muchísimo más) es preocupante una especie de doble moral que nos rodea y que vivimos/disfrutamos encantados… porque parece que estamos hartos de toda esa cochambres, la criticamos duramente, pero todos conocemos a alguien metido en ese sucio juego y no hacemos nada… porque parece que odiamos y rechazamos el principal problema que genera todo lo demás: el narcotráfico y seguimos fumando porros y hachís… porque ante propuestas como la legalidad de drogas nos manifestamos en contra, pero que al primer impulso o primera oportunidad fumemos un porro escondiéndonos en aires de vida alternativa/cool/guay… por que incluso alardeamos de que si hemos sentido "chido"... se que el problema en México es inimaginablemente grande y que la solución probablemente no está en manos de una sola persona por más poderosas e influyentes que sean o de leyes y regulaciones.. y esto te hace pensar que si esas personas no tienen los recursos y fuerzas para hacerlo, que puede hacer un simple mortal?... pero, igual es tiempo de hacer algo, igual es tiempo de dejar de solapar y alabar algunas actitudes y acciones, y no me refiero a nuestra clase política, sino a nuestro entorno, a donde podemos llegar… uno a uno, esos pequeños esfuerzos y acciones igual llegan a algo más grande… creo que por algo debemos comenzar.

Sé que no hay mucho que festejar, sé que es tendencioso, pero no se trata de eso… se trata de cambiar.

Tal vez soy un nacionalista ingenuo, pero toda está suciedad debe tener fecha de caducidad