Empezare en orden cronológico, esta fue la primera, titulada: Rey Midas.
Fue publicada el 4 de marzo de 2019, una semana después del regreso de Víctor Manuel Vucetich a la DT de Gallos Blancos.
El Rey Midas.
Todo lo que toca, se convierte en
oro.
El mito del Rey Midas, para quien
no lo conozca, nos habla acerca del Rey Midas de Frigia, que gobernó en el
territorio de la actual Turquía aproximadamente en el año 700 A.C., era un Rey
obsesionado por la riqueza y la opulencia. La leyenda nos cuenta que todo lo
que Midas tocaba con sus manos se convertía en oro; esto resultado de un deseo
concedido por parte de Dionisios
(Dios de la vendimia y el vino e hijo de Zeus), en agradecimiento por haber
ayudado a Sileno, (amigo y compañero
de jolgorios y excesos alcohólicos de Dionisios),
cuando esté, se quedo dormido en uno de los majestuosos jardines de Midas.
Sin importar lo que fuera, cuando
las manos de Midas se posaban sobre cualquier objeto, este se convertía en oro.
Todo pintaba para ser dicha, pero cuando Midas intento comer, los mismos
alimentos se convertían en el preciado metal antes de llegar a su boca. Por
esta razón, y antes de morir de hambre, arrepentido, Midas pidió que ese don le
fuera retirado y su deseo fue concedido.
Este cuento, es usado con
frecuencia para tratar de aleccionar a los niños sobre los riesgos de la
avaricia desmedidas y de los peligros que se encontraran si van en una búsqueda
irracional tras de ella.
Victor Manuel Vucetich “Todo lo
que toca, se convierte en oro”.
Con el mito cargando en sus
espaldas, Victor Manuel Vucetich ha vuelto a Queretaro. El regreso del llamado
“Rey Midas del fútbol mexicano” a la dirección técnica de los Gallos Blancos,
entusiasma a una ciudad escasa de triunfos y de héroes futbolísticos.
Entusiasma a un grupo de aficionados que intentaron acostumbrarse a una racha
de triunfos que los hizo soñar en cosas mejores. Y digo, intentaron
acostumbrarse, ya que después de contrataciones rimbombantes y de llegar a una
final del futbol mexicano, pensaron que esto sería de alguna manera cotidiano. Y
esto, desafortunadamente, no ha sido así. Después de esa final en 2015; en una
vuelta de tuerca, el equipo volvió a su realidad; el equipo y sus resultados le
dieron una cachetada de realidad a los aficionados. Ese equipo, volvió a ser el
que históricamente ha sido: un equipo de torneos espesos, tristes y de contrataciones
funestas. Un equipo sin alma. Definitivamente la vuelta a la realidad ha sido
pasmosa, dura y cruel para esos aficionados.
Los golpes de realidad han calado
hondo en el corazón del aficionado queretano que se resiste a creer que esa es
su realidad; abogan a la pureza de sus sentimientos como afición como si eso
fuera suficiente para que el equipo salga adelante aun con las evidentes
carencias de calidad en sus filas y, sobre todo, con la falta corazón en los
jugadores. De manera romántica alientan a su equipo y exigen volver a estar en
los principales reflectores, pero esto, no se vislumbra que suceda pronto.
El aficionado de Querétaro se
resiste a creer que la final del 28 de mayo del 2015 vs Santos de Torreón fue
un accidente futbolístico donde por primera vez en su historia, los aficionados,
jugadores, dirigentes y entrenadores estuvieron alineados en un mismo objetivo,
en una misma emoción y en un mismo momento (factor importantísimo en el futbol,
el momento). Se escucha fuerte decir que fue un accidente llegar a esas
instancias, pero es la realidad; para Queretaro y su gente fue un bonito
accidente, pero al fin y al cabo accidente.
La salida de Rafa Puente, un
técnico joven, estudioso y virtuoso de discurso, ejemplifica aspectos preocupantes
del futbol mexicano. ¿Qué cambio de una temporada a otra, para que el equipo no
tuviera esa continuidad de juego y de identidad con el novel técnico? ¿Por qué
no puede tener continuidad?; será acaso la mentalidad del futbolista de la liga
mexicana?
Y a su vez, el regreso del “Rey
Midas”, con ese triunfo inobjetable de tres a cero ante Morelia, entusiasma al
aficionado y alimenta más su mito: “Todo lo que toca, se convierte en oro”.
Para Los Gallos Blancos de
Queretaro, la presencia de Vucetich es un gran lujo por donde se vea. La
experiencia, calidad y el factor humano lo convierten en “la joya de la corona”
en estos momentos para el club. Y como tal, todo debe girar en torno a él.
Esperamos que el aficionado
queretano tenga la sabiduría para no querer comparar esta nueva etapa de
Vucetich con la primera en el club, ya que los momentos y sobre todo, la
plantilla es radicalmente diferente; para esto, se requiere prudencia y calma
para ir aceptando este nuevo proyecto. Proyecto que sin duda debe ir paso a
paso, ya que seguramente no será tan eléctrico y mediático como la primera
etapa de Vucetich (y Ronaldinho) en el cuadro gallo. Esperemos también que la
ambición de resultados inmediatos del aficionado, no los confunda creyendo que todos
estos horribles juegos de las anteriores jornadas cambiaran de un día para otro
y que el estilo de juego se convertirá en oro inmediatamente.
Aunque, si hay alguien que lo
pueda hacer, sin duda es nuestro “Rey Midas”.
Bienvenido nuevamente a Querétaro
Vuce.
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