jueves, 6 de febrero de 2014

El mejor hijo del mundo.


Sergio siempre les decía a todos que lo más importante para él era su familia.
Él se jactaba de venir de una familia tradicional y con valores y le gustaba mucho que la gente le aplaudiera eso, el sentía que el externar eso lo hacía ser una mejor persona.

Sergio tenía algunos años viviendo fuera de su país, él vivía en España y por sus actividades la comunicación con su familia era cada vez menos frecuente. Cuando él se fue de su casa, les llamaba a diario a su familia y les contaba todo con excelsos detalles, pero poco a poco las llamadas se hicieron menos frecuentes y menos detallistas. Pero, aun si, Sergio siempre decía que lo más importante para el, era su familia. El añoraba visitarlos, pero cuando tenía oportunidad de hacerlo, siempre surgía algo extraordinario y nunca podía, siempre pensaba: “será en las próximas vacaciones”, pero cuando llegaban esas próximas vacaciones, volvía a salir algo extraordinario: más trabajo o algún viaje a un lugar diferente y al final, el pobre Sergio siempre terminaba diciendo lo mismo: “será en las próximas vacaciones”.

En ese año a Sergio le iba muy bien en su trabajo, era reconocido por sus colegas, tenía una linda novia, buenos amigos y por las actividades comerciales que realizaba en su trabajo, él era invitado a muchos eventos sociales importantes en la ciudad. Él vivía tranquilo y cómodo hasta que un buen día, a él se le ocurrió que si él no podía visitar a su familia, el haría que su familia lo visitara. El costo no importaba, de todos modos, él siempre decía que su familia era lo más importante.

Su familia nunca fue de grandes viajes, así que esto sería una gran aventura y cuando por fin pudieron visitarlo, fue algo mágico, se abrazaron y se rieron lo que pudieron. Visitaron muchos lugares y ciudades, tomaron muchas fotos y se esforzaban por hacer cada lugar y ocasión muy especial, todos sabían que era algo que difícilmente se repetiría y estaban ansiosos por vivir y crear nuevas experiencias, nuevas anécdotas que contar y eso alegraba mucho a Sergio, porque el sentía que sus anécdotas familiares ya estaban muy cansadas e incluso  algunas habría que jubilarlas.

Los días pasaron y se fueron como llegaron: rápido, y la familia de Sergio se tuvo que ir. Él se sentía triste y reafirmaba ante todos que lo más importante para él, era su familia y cada que pensaba eso, él sin duda, se sentía el mejor hijo del mundo.

La navidad y celebración de año nuevo en esa ocasión fue diferente, todos los amigos de Sergio pudieron ir a visitar a sus familias y Sergio y su novia tenían pocas opciones, una de ellas era con una Amiga de ellos que era de la misma ciudad natal que Sergio,  ella estaba con su hermano y tampoco tenían muchas opciones y aunque casi no se conocían,  decidieron pasar la celebración de año nuevo juntos.

Sergio, gustoso de la fiesta en grande, imagino que sería algo reventado y extremadamente festivo,  pues no todos los días puedes celebrar el año nuevo! - pensaba-; pero todo fue solemne, formal y educado. Eso no le importó a Sergio, el estaba decidido a pasarla bien de cualquier manera;  hablaron del clima, de la sociedad, de política, de vinos y de cosas que él pensaba que eran de adultos.

Su amiga les contó una actividad que su familia repetía cada año nuevo y era que cada uno compartía con todos los presentes lo más importante que les había sucedido ese año. A Sergio le encanto esa idea! Y sin dudarlo quiso participar.

Uno a uno fue contando lo mejor de ese año, hubo de todo, viajes, bodas, fiestas, hijos, etc... Mientras tanto, Sergio estaba ansioso por contar lo suyo y hasta agradeció ser el último de todos.

Cuando fue el turno de Sergio, el platico emocionado y orgulloso lo mejor que le había pasado ese año...

Les conto casi llorando y con la piel de gallina, que el día 27 de abril de ese año, el había visto en el estadio Santiago Bernabeu al mejor jugador de futbol del mundo marcar dos goles en un partido memorable de semifinal de champions league, les conto que vio jugar a Messi y que la "Pulga" hizo una faena impresionante en el minuto 87, donde con sus pies de bailarina y su velocidad felina, partió desde el centro del campo, deshaciéndose de cuatro jugadores para marcar el segundo y más bello gol de la noche con un tiro cruzado suavemente ante la salida del gran portero español Iker Casillas, les conto que Messi lo hizo con gran facilidad y estética y que se veía tan superior que era como ver jugar a los niños de sexto contra los del primero de primaria... Sergio les contó que estaba en un palco y que festejo como un niño entre puros aficionados madridistas y que eso le había causado una de las mejores sensaciones y experiencias de su vida!

De repente, su novia lo interrumpió y le recordó a Sergio que después de mucho tiempo ese año lo había visitado su familia...

...Todo fue silencio.




De ese silencio que da vergüenza....


Él siempre se había jactado que su familia era lo más importante y había olvidado su visita.


Sergio ya no se sintió el mejor hijo del mundo...
Sergio se sintió el mejor aficionado del mundo.






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